Obligaciones de las dos partes.
La relación entre ambas partes tiene que ser fluida y de confianza. Han de entender que tienen derechos y exigencias pero que ese vínculo les hará crecer a ambos.
El franquiciado (la persona que tiene derecho a explotar los productos o servicios de una franquicia) tiene una serie de obligaciones con la otra parte. Estas son las más importantes:
-Respetar la manera de trabajar de la franquicia: la sintonía tiene que ser perfecta, entendiendo el espíritu de la marca y transmitiéndolo a los clientes.
-Abonar las cantidades económicas en el plazo estipulado.
-Honradez y claridad en el momento de presentar las cuentas.
-Contar con un equipo humano válido.
-Disponer de un local con las características y dimensiones pactadas. Y por supuesto, que respete la imagen corporativa de la marca.
-No puede comprar productos de la competencia, ni venderlos. Sería considerado como competencia desleal.
Por otra parte, el franquiciador está obligado a lo siguiente:
-Garantizar el servicio constantemente.
–Transmitir el know how (saber hacer) de la franquicia.
-Proporcionar exclusividad de su marca en la zona geográfica del franquiciado.
-Apoyo constante (cursos de formación, aplicación en los avances en la tecnología, publicidad, etcétera).
Si están claros estos principios, la relación entre las dos partes se hará más fuerte. Y de esta manera, franquiciado y franquiciador serán competitivos desde el primer segundo.